Ejecución financiera
USD 11,7 millones
906.451 personas en movilidad y refugiadas recibieron asesoría y apoyo.
© ACNUR/ Jeanneizy García
Paz, justicia e instituciones sólidas para reducir desigualdades
La ONU en Venezuela trabaja para fortalecer las capacidades de las instituciones públicas y la ciudadanía en materia de derechos humanos, con énfasis en la prevención de la violencia de género y la atención a grupos vulnerables.
Acceso a la justicia
Centralidad de la protección
Promoción de una cultura de paz
Planificación del desarrollo nacional y local
80.494 personas recibieron formación sobre cómo ejercer sus derechos.
© OCR/ Paula González
Petare: apostar por la integración de los que volvieron
En “El Tanque”, una de las localidades emblemáticas de Petare, Caracas, vive Kismayu Gutiérrez, junto a sus ocho hijos. En 2018, decide partir junto a tres de sus hijos a Cartagena de Indias en Colombia en busca de oportunidades de trabajo que le garantizaran un mayor ingreso para mantenerse en Colombia y enviar dinero a sus hijos que permanecían en Venezuela.
Kismayu retornó a Venezuela a principios de 2020. Actualmente, se encuentra trabajando en lo que le apasiona, la cocina, y siente la satisfacción de estar generando un ingreso que es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Asimismo, tiene la tranquilidad de saber que todos sus hijos en edad escolar asisten al colegio. Además, Ana, la menor de sus hijas asiste al Centro Comunitario “El Colibrí” ubicado en la comunidad Antonio José de Sucre, también en Petare. Este centro fue rehabilitado por ACNUR y es administrado por su socio, la Fundación Luz y Vida. En él funciona el “Aula Comunitaria de Nivelación”, un espacio donde niños y niñas que se encuentran fuera del sistema escolar formal, reciben clases sobre áreas fundamentales del conocimiento que les prepara para su reinserción en el sistema educativo nacional, una herramienta indispensable para los niños y niñas que retornan al país y que han vivido períodos prolongados de ausentismo escolar.
Por otra parte, en este centro se desarrollan actividades recreativas, culturales y de formación que fomentan la integración de las personas en la comunidad. Entre las actividades de integración destaca el “Programa de Coexistencia Pacífica” para niños, niñas y adolescentes, donde se trabaja el respeto, la empatía y la solidaridad con el fin de que las personas que retornaron a Venezuela puedan reintegrarse de una manera efectiva a sus comunidades. También se ofrecen servicios de atención psicosocial para las personas retornadas y sus familias, abordando su proceso de reintegración de una manera integral. En el marco del mismo programa, los líderes de la comunidad mejoraron sus habilidades y competencias, con el apoyo de la OIM, para proporcionar primeros auxilios psicológicos a aquellas personas en proceso de retorno y reintegración o que han sido expuestas a situaciones de violencia.
Kismayu retornó a Venezuela a principios de 2020. Actualmente, se encuentra trabajando en lo que le apasiona, la cocina, y siente la satisfacción de estar generando un ingreso que es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Asimismo, tiene la tranquilidad de saber que todos sus hijos en edad escolar asisten al colegio. Además, Ana, la menor de sus hijas asiste al Centro Comunitario “El Colibrí” ubicado en la comunidad Antonio José de Sucre, también en Petare. Este centro fue rehabilitado por ACNUR y es administrado por su socio, la Fundación Luz y Vida. En él funciona el “Aula Comunitaria de Nivelación”, un espacio donde niños y niñas que se encuentran fuera del sistema escolar formal, reciben clases sobre áreas fundamentales del conocimiento que les prepara para su reinserción en el sistema educativo nacional, una herramienta indispensable para los niños y niñas que retornan al país y que han vivido períodos prolongados de ausentismo escolar.
Por otra parte, en este centro se desarrollan actividades recreativas, culturales y de formación que fomentan la integración de las personas en la comunidad. Entre las actividades de integración destaca el “Programa de Coexistencia Pacífica” para niños, niñas y adolescentes, donde se trabaja el respeto, la empatía y la solidaridad con el fin de que las personas que retornaron a Venezuela puedan reintegrarse de una manera efectiva a sus comunidades. También se ofrecen servicios de atención psicosocial para las personas retornadas y sus familias, abordando su proceso de reintegración de una manera integral. En el marco del mismo programa, los líderes de la comunidad mejoraron sus habilidades y competencias, con el apoyo de la OIM, para proporcionar primeros auxilios psicológicos a aquellas personas en proceso de retorno y reintegración o que han sido expuestas a situaciones de violencia.
Un millar de mujeres venezolanas defensoras de derechos humanos y lideresas comunitarias han participado en las actividades de diálogo local en las que recibieron formación sobre incidencia, liderazgo y articulación.
© OCR/ Paula González